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Cuando arranqué La Chinita yo era esa emprendedora que sabía hacer bien su trabajo, pero no sabía bien cómo mostrarlo. La mía es una historia de amor que también explica por qué nuestro método funciona.

 

Hace más de diez años, trabajando en TVN, conocí a quien hoy es mi marido y socio. Éramos como agua y aceite. Él, obsesionado con la imagen perfecta, con que cada toma fuera técnicamente impecable. Yo, desesperada porque se entendiera el mensaje, porque la historia llegara al corazón, porque hacíamos docurrealities, así que de eso se trataba. Nos caíamos pésimo.

 

Él me veía como "la periodista que no le importa la imagen". Yo lo veía como "el director que no entiende nada de contenido". Discutíamos en cada proyecto. Él quería más tiempo para la mejor locación y la calidad de la imagen, yo quería más tiempo para profundizar en la historia.

 

Hasta que un día, trabajando en una historia particularmente difícil, algo hizo click. Nos dimos cuenta de que cuando combinábamos su obsesión por la perfección visual con mi pasión por las historias auténticas, el resultado era mágico. La historia se potenciaba con la imagen, y la imagen cobraba vida con la historia.

 

Ese fue el momento en que nació no solo nuestro amor, sino también nuestra filosofía de trabajo: ?forma y fondo en perfecta armonía?. Él aporta la forma, yo aporto el fondo. Él se asegura de que te veas increíble, yo me aseguro de que tu historia se sienta auténtica y conecte con su público objetivo. Habíamos entendido algo fundamental: que ninguno de los dos podía hacer solo lo que hacíamos juntos. Esta dinámica se convirtió en nuestra ventaja competitiva.

 

A lo largo de estos diez años, hemos tenido el privilegio de trabajar con marcas de todos los tamaños. Desde emprendedoras que recién arrancan hasta empresas consolidadas como Finning y Airbus. También hemos sido parte de proyectos educativos transformadores, como los videos para los cursos MOOC de la Universidad Adolfo Ibáñez, que tuvieron un éxito increíble y nos enseñaron el poder del contenido educativo bien hecho.

 

Cada proyecto nos ha enseñado algo nuevo y nos ha confirmado que no existe una fórmula única para el éxito audiovisual. Pero hay algo que se mantiene constante: la necesidad de autenticidad y coherencia entre lo que eres y lo que muestras. Si mi cliente se desvive por la calidad de su marca, el contenido audiovisual que comparte debe ir acorde a eso. Algo que la Inteligencia Artificial no puede copiar.


 

La obsesión por la calidad: cuando lo bueno no es suficiente

 

En La Chinita tenemos una obsesión: que la imagen de las marcas estén a la altura de lo que realmente ofrecen. Hablamos de coherencia, de autenticidad, de que cuando alguien vea el contenido piense: "Esta emprendedora sabe lo que hace", por ejemplo.

 

Esto significa que no nos conformamos con hacer las cosas "bien", porque al final del día, la reputación de nuestros clientes está en juego cada vez que suben algo a redes.

 

He visto cómo esto cambia negocios. Clientes y clientas que me escriben meses después contándome que desde que empezaron a trabajar con nosotros, sus clientes las perciben diferente, más profesionales, más confiables y más expertas.

 

Podcasts: cuando encuentras tu voz, encuentras tu tribu

 

Nuestro enfoque con los podcasts es súper personal. No usamos fórmulas ni templates.

Lo que sí hacemos siempre es acompañar en todo el proceso, desde ayudar a definir de qué se va a hablar en cada episodio hasta encargarnos de toda la parte técnica y difusión. Porque la energía de nuestros clientes tiene que estar puesta en lo que mejor saben hacer: inspirar.

 

Hemos comprobado que las personas que tienen podcast no solo aumentan sus ventas, sino que se posicionan como expertos en sus sectores. Es como tener una conversación uno a uno con cada posible cliente, pero a escala masiva.

 

Lo que realmente importa después de una década

 

Después de diez años haciendo esto, puedo decir con certeza que lo que más me emociona no son los likes ni los views. Es cuando un cliente me escribe para contarme que por fin siente que su contenido audiovisual refleja la calidad de su marca y que sus clientes valoran su servicio y por eso aumentaron sus ventas.

 

Se trata de que la esencia de nuestros clientes llegue intacta a quienes tienen que verla. De que cuando alguien consuma su contenido, sienta exactamente lo que nuestro cliente quería transmitir.

 

Y por eso existe La Chinita Cine, para que el contenido audiovisual que nuestros clientes comparten esté a la altura de la calidad de sus marcas y tengan la estrategia que los ayuda a vender más.



Para más información visita https://www.lachinitacine.com/